jueves, 2 de junio de 2011

EFECTOS DE LOS MALOS TRATOS EN LAS VÍCTIMAS

A continuación, expondremos una pequeña aclaración de cada uno de los efectos de los malos tratos en las víctimas.
  • Autoestima: 
Uno de los efectos más comunes del maltrato escolar es la reducción de la autoestima en las víctimas. Los que sufren altos niveles de maltrato reflejan bajos índices de autoestima.
  • Aislamiento:
Los niños que son frecuentemente maltratados tienden a tener pocos amigos. Muchos alumnos son maltratados por el simple hecho de no tener amigos, ya que es más fácil para el agresor abusar de alguien que no tiene el apoyo de los amigos. El aislamiento es un factor desencadenante del maltrato.
  • Absentismo:
Cuando el maltrato es continuado, serio y sostenido, las víctimas deciden no ir a la escuela, suelen poner la excusa de sentirse mal.
  • Respuesta emocional:
Cada alumno responderá de manera diferente a los malos tratos: algunos se sienten molestos, otros se muestran enojados o tristes.
  • Efecto dominó:
El niño que es continuamente maltratado en el colegio por otro compañero más fuerte o por un grupo de compañeros, puede no ser capaz de vengarse directamente de él o de ellos, sin embargo, sí que puede motivarse para tomarla con otro (cadena de situaciones agresor/víctima).
  • Consecuencia educativas:
Las víctimas no son capaces de concentrarse en su trabajo académico debido a los efectos del maltrato y a las ausencias escolares de estos alumnos.
  • Efectos sobre la salud:
      1. Enfermedad general: sin buena salud y sentirse enfermo.
      2. Problemas somáticos: escalofríos.
      3. Ansiedad: pérdidas de sueño, estrés y pánico no justificado.
      4. Disfunciones sociales: no mantenerse ocupado y no participar en actividades.
      5. Depresión: sentirse no valorado y vivir una vida sin valor.
  • Consecuencias a largo plazo:
Las víctimas que son crónicas y frecuentemente victimizadas por los agresores durante largo tiempo van a sufrir secuelas en su desarrollo futuro.


miércoles, 1 de junio de 2011

ESTUDIOS REALIZADOS SOBRE LA REPERCUSIÓN DEL ENTORNO FAMILIAR EN LA VIOLENCIA ESCOLAR



Gran cantidad de la literatura y estudios que se han realizado, investigan la influencia familiar en el niño agresivo y en situación de riesgo e identifican los siguientes aspectos familiares como factores de riesgo para la aparición de la violencia en los niños y adolescentes:

  •  La desestructuración de la familia, cuyos roles tradicionales son cuestionados por la ausencia de uno  de los progenitores o por falta de atención.
  • Los malos tratos y el modelado violento dentro del seno de la familia, donde el niño aprender a resolver los conflictos a través del daño físico o la agresión verbal.
  • Los modelados familiares mediante los que se aprende, que el poder se ejerce siendo el más fuerte, con falta de negociación y diálogo.
  • Los métodos de crianza, con prácticas excesivamente laxa o inconsistente, o la inversa restrictiva y en algunos casos excesivamente punitiva.

(Harris y Reid, 1981; Morton, 1987;Patterson, DeBaryshe y Ramsay, 1989)


Si la violencia es un comportamiento aprendido  también podemos afirmar que los niños pueden aprender competencias prosociales.
La evidencia es clara: los padres de niños agresivos castigan a estos de una forma más frecuente, inconsistente e ineficaz. También tienden a ser coercitivos y manipulativos con sus hijos y fracasan cuando tienen que reforzar los comportamientos prosociales positivos de sus hijos.
  (APA 1993).

Un estilo coercitivo en la relación padre/hijo, lleva a los padres a reforzar, de una forma inconsciente, el comportamiento coercitivo de sus hijos, y a que estos son premiados cuando les dejan de “fastidiar” o dejan de manipular a sus padres. Estos niños aprenden que el comportamiento agresivo normalmente les lleva a conseguir aquello que quieren. Reaccionando con una respuesta agresiva ante los pedidos paternos –aprendida o modelada por el comportamiento de los padres –estos niños consiguen escapar de los castigos, juicios, etc.

                                                                                                        (Patterson, 1992).

Los padres que son descuidados, que rechazan  a sus hijos o que son negligentes también tienen un alto riesgo de que sus hijos se vena implicados en actos violentes. El descuido o no seguimiento de los hijos por parte de los padres, ha sido etiquetado como un factor que aumenta el riesgo de delincuencia, el resentimiento del niño, etc., que se pueden expresar a través de bajo rendimiento escolar y de comportamientos antisociales.

(Earls, 1994; Fraser, 1996; Patterson, DeBaryshe y Ramsey, 1989; Patterson y Yoerger, 1993).











¿CÓMO REPERCUTE EL ENTORNO FAMILIAR EN LA VIOLENCIA ESCOLAR?


La familia es el primer modelo de socialización para los niños. Ella es sin duda un elemento clave en la génesis de las conductas violentas y es ella la que genera amores y desamores que redundarán, en la edad adulta, en ciudadanos y ajustados a las normas de convivencia de una sociedad o ciudadanos al borde del límite y con difícil integración social.
La familia es un elemento fundamental para entender el carácter peculiar del niño agresivo con conductas antisociales y conflictivas. La escuela y familia son los principales agentes socializadores y educativos de nuestra población infantil y por ende con mayor peso y responsabilidad.

domingo, 22 de mayo de 2011

TRES EFECTOS CLAROS DE VIOLENCIA ESCOLAR EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


1.      Los niños están siendo expuestos a altos niveles de violencia en los medios de comunicación aceptan de una forma más normal las actitudes agresivas y, después de presenciar actos violentos, comienzan a comportarse de una forma más agresiva con los compañeros. (Centerwall, 1992, Huesmann, 1986). 
2.    Las exposiciones crónicas y alargadas en el tiempo pueden conllevar en el niño una insensibilización hacia la violencia y sus consecuencias. Rara vez se enfrenta al niño o adolescente a las consecuencias de un tiroteo, de una explosión violenta, de un accidente de tráfico, etc. 
   3.   Los niños acostumbrados a ver violencia en los medios de comunicación, ven un mundo violento, en el que hay que luchar para subsistir, crece en ellos el miedo de ser víctima en ese mundo y desarrollan la necesidad de luchar y maltratar a otros para no ser ellos víctimas.